Cada vez es más frecuente escuchar que una especie animal está extinta ó que está en peligro de serlo no por fenómenos naturales sino por causa de nuestras acciones, y a pesar de ello, no es una razón que perturbe nuestras actividades diarias; nuestro trabajo es seguro, dormimos y nos alimentamos bien y eso basta. En la declaración Universal de los Derechos de los Animales, uno de sus artículos expresa que “El hombre, en tanto que es especie animal, no puede atribuirse el derecho a exterminar a los otros animales o de explotarlos violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales”.
Por tal razón y porque la extinción de especies animales y vegetales precede a la nuestra, máxime si se tiene en cuenta que en el último siglo desaparecieron en Colombia -y nombramos las que se conocieron- la foca del Caribe (Monachus tropicalis), el pez graso (Rhizosmichthys totae), cuatro especies de aves como eran el pato pico de oro (Anas georgica niceforoi), el pato pico azul (Anas cyanoptera borreroi), el capitán enano (Pygidium bogotense) y el zambullidor Cira (Podiceps andinus), según Hernández Camacho et al, 1992.
Es importante entonces conocer qué es extinción, por qué razones se presenta, cuáles son algunas de las especies animales colombianas en peligro y por último, qué podemos hacer para preservarlas. Como sabiamente dijo un conservacionista africano: “Conservaremos sólo lo que amamos, amaremos sólo lo que comprendemos y comprenderemos sólo lo que aprendemos”.
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